Gran "conmoción" ha causado la propuesta de legalizar el consumo de marihuana en California, como si de eso dependiera que sigan o no en el vicio. Holanda hace tiempo que lo hizo y no pasó nada más allá de poder tener bajo control a los adictos. En el fondo de la "conmoción" lo que se exterioriza es la mogigatería de cierta gente que trata por todos los medios de tapar el sol con una mano. La legalización del consumo de estupefacientes, que es un problema de salud pública, es la única salida para acabar con la violencia y la corrupción que genera la producción y la distribución de los mismos. Lo que pasa es que los que más se lucran del negocio ilícito son los distribuidores y los bancos gringos, verdaderos lavaderos de los narcodólares. Por eso es que no les conviene la legalización, pues ocurriria lo mismo que con el tabaco y el licor, en cuyo caso seria el Estado el que reicibiría enormes ingresos por concepto de impuestos. En este contexto, resultan patéticas las declaraciones del presidente Santos en el sentido de revisar la política antinarcóticos, como si eso dependiera del gobierno colombiano.
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25 octubre 2010
GRINGOS PERIQUEROS
Gran "conmoción" ha causado la propuesta de legalizar el consumo de marihuana en California, como si de eso dependiera que sigan o no en el vicio. Holanda hace tiempo que lo hizo y no pasó nada más allá de poder tener bajo control a los adictos. En el fondo de la "conmoción" lo que se exterioriza es la mogigatería de cierta gente que trata por todos los medios de tapar el sol con una mano. La legalización del consumo de estupefacientes, que es un problema de salud pública, es la única salida para acabar con la violencia y la corrupción que genera la producción y la distribución de los mismos. Lo que pasa es que los que más se lucran del negocio ilícito son los distribuidores y los bancos gringos, verdaderos lavaderos de los narcodólares. Por eso es que no les conviene la legalización, pues ocurriria lo mismo que con el tabaco y el licor, en cuyo caso seria el Estado el que reicibiría enormes ingresos por concepto de impuestos. En este contexto, resultan patéticas las declaraciones del presidente Santos en el sentido de revisar la política antinarcóticos, como si eso dependiera del gobierno colombiano.
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