Por Daniel Samper Pizano
#LaJaulaDeLosAbuelos
La tía Sarita era seca, impedida y silenciosa. A los 92 años, sus sobrinos la sacaban al patio por turnos para que tomara aire puro y viera los pajaritos. Por la noche la metían. Cierto puente, a causa de una letal confusión, el sobrino que debía guardarla se fue de viaje y al volver encontró a la tía Sarita convertida en témpano de hielo. Su alma gozaba ya del Señor. Quizás esta historia no pasa de ser una leyenda, pero vale como metáfora para contar lo que sucede en Colombia. El pasado 17 de marzo, con amor admirable, el presidente Iván Duque señaló que era preciso “proteger a los abuelos” y ordenó que “hasta el 31 de mayo, todos los adultos mayores de 70 años deberán permanecer en sus hogares”. Desde entonces estamos enjaulados por decreto. Se legisla a diario y con detalle sobre la pandemia: el pico y cédula, las horas de ejercicio, las de compras, los días de salida de las mujeres, los hombres y los transgéneros; los horarios para que los niños jueguen, los adultos caminen, los bancos gestionen y, dos veces al día, los perros caguen… (¡Qué detallazo! En la próxima plaga me pido ser perro). Leer mas
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