por Eduardo Gudynas.
Hace unas semanas atrás, en Chile, el presidente Piñera afirmó: “Yo sé que algunos creen que el crecimiento económico no es un elemento central, yo quiero discrepar” (1). A su juicio es indispensable para financiar un aumento del gasto social, y sólo consiguiéndolo se podrá responder al estallido ciudadano. Casi al mismo tiempo, del otro lado de los Andes, el presidente de Argentina, A. Fernández afirmaba que el país primero debe crecer económicamente para poder enfrentar sus dos mayores problemas, la deuda externa y la pobreza (2). En cambio, en Brasil, el presidente Bolsonaro estaba decepcionado en saber que el país creció muy poco (apenas 1,1 % en 2019, o sea por debajo del gobierno anterior; 3). Bolsonaro exige crecer más en este año, y le reclama a su conocido ministro de economía, Paulo Guedes, que por lo menos se alcance el 2%. Leer más
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