Educación para competir en tiempos de globalización*
Disponible en:
http://www.cid.unal.edu.co/cidnews/index.php/component/content/article/2139/2139.html
¿Cómo competimos internacionalmente cuando
ostentamos el puesto 92 entre 138 naciones en calidad, en ciencias y
matemáticas, y cuando en el programa Pisa, 38% de los estudiantes ocupa el
nivel 1 de 6, y el 70,6% no logra el desempeño mínimo para participar
activamente en la sociedad?
Ricardo Mosquera M.
Investigador del CID
Profesor Asociado
Facultad de Ciencias Económicas
Ex rector - Universidad Nacional de Colombia
Bogotá D.C., 19-oct-2012. La carta de Bolívar a su
hermana María Antonia y a los encargados de la educación de su sobrino Fernando
Bolívar, escrita hace 191 años, recomendaba: “jamás es demasiado temprano para
el conocimiento de las ciencias exactas, porque ellas nos enseñan el análisis
en todo, pasando de lo conocido a lo desconocido...”.
“Generalmente, todos pueden aprender la geometría y
comprenderla, pero no sucede lo mismo con el álgebra y el cálculo diferencial,
se deben aprender los idiomas modernos…”. “Siendo muy difícil apreciar dónde
termina el arte y principia la ciencia, si su inclinación lo decide a aprender
algún arte u oficio, pues abundan entre nosotros médicos y abogados, pero nos
faltan buenos mecánicos y agricultores que son los que el país necesita para
adelantar en prosperidad y bienestar” (Bolívar, Cúcuta, 1821).
El visionario Libertador, no especialista en
educación, entiende la pertinencia para responder a las necesidades
socioeconómicas del país. Pese a la vocación agropecuaria y minera de Colombia,
solo un pequeño porcentaje se prepara en áreas estratégicas para su desarrollo.
Del total de matriculados, 1’028.651 en el periodo
2010-2011, solo 2% estudia agronomía y veterinaria, 8% educación, 16% ciencias
de la salud, y 2% matemáticas y ciencias naturales; economía, administración y
contaduría, 24%; ciencias humanas, 18%, e ingeniería, arquitectura y urbanismo,
27%.
No se desarrolla capital humano en ciencias
naturales y exactas que reduzca la brecha tecnológica y científica frente a
Estados Unidos, Europa y Japón.
¿Cómo competimos internacionalmente cuando
ostentamos el puesto 92 entre 138 naciones en calidad en ciencias y matemáticas
(World Economic Forum 2010-2012), o el pésimo desempeño en el programa Pisa
2012, en el que 38% de los estudiantes colombianos ocupa el nivel 1 de 6, y el
70,6% no logra el desempeño mínimo para participar activamente en la sociedad?
Educación Superior
Según el ranking QS World University 2012, la
Universidad de los Andes y la Nacional se encuentran entre las mejores 400 del
mundo, 335 y 381, respectivamente), y tres latinoamericanas entre las primeras
200: Universidad de São Paulo, Brasil, 139, Unam, México, 146, y Católica de
Chile, 195. Aunque mejora la clasificación de las latinoamericanas, la brecha
es grande frente a Estados Unidos y Gran Bretaña, con las diez primeras del
ranking mundial: Massachusetts Institute of Technology (MIT) (1), Cambridge
University (2), Harvard (3), University College London (4), Oxford (5),
Imperial College London (6), Yale University (7) y University of Chicago (8).
Esta clasificación incluye 700 instituciones de 72 países, mide producción
científica, opinión de empresarios sobre calidad de egresados, promedio
estudiantes/profesor; publicaciones en textos indexados y calidad de la oferta
académica en ingeniería, ciencias naturales y salud. El progreso dependerá de
la innovación en disciplinas como ciencias básicas, ingenierías, ciencias
naturales, agricultura y TIC.
Nuestro país requiere una reforma académica integral de la educación, un proyecto público para ampliar cobertura y mejorar calidad. La Ley 30 de 1992 creó las bases de la financiación; el SUE buscó “racionalizar y optimizar los recursos humanos, físicos, técnicos y financieros; implementar transferencia de estudiantes, intercambio de docentes, creación o fusión de programas académicos y de investigación conjuntos”.
Compartir una única nómina de profesores de alto nivel (maestrías y doctorados), con experiencia investigativa, escasos en las universidades, y fortalecer programas de interés estratégicos para la nación, en el entendido de que la educación no es un gasto, sino una inversión a largo plazo.
Nuestro país requiere una reforma académica integral de la educación, un proyecto público para ampliar cobertura y mejorar calidad. La Ley 30 de 1992 creó las bases de la financiación; el SUE buscó “racionalizar y optimizar los recursos humanos, físicos, técnicos y financieros; implementar transferencia de estudiantes, intercambio de docentes, creación o fusión de programas académicos y de investigación conjuntos”.
Compartir una única nómina de profesores de alto nivel (maestrías y doctorados), con experiencia investigativa, escasos en las universidades, y fortalecer programas de interés estratégicos para la nación, en el entendido de que la educación no es un gasto, sino una inversión a largo plazo.
El debate no se debe ideologizar en términos de
privatizadores versus estatistas, sino aprender que: “no importa si el gato es
blanco o negro, sino si caza ratones’, que para los chinos, respecto a la
universidad implica colocar 100 entr,e las 500 mejores del mundo. Hoy, la
Universidad de Tsinghua y la de Pekín, están entre las 50 primeras, y de Fudan,
está en el puesto 100.
Financiación
La situación financiera de las IES públicas colombianas es crítica. Los aportes de la nación decrecen: la Universidad Nacional, en el 2000, recibió $529.921 millones y por sus rentas propias $195.540 millones (73% y 27%, respectivamente), y en el 2010, los aportes estatales representaron 52% ($654.092), mientras las rentas propias el 48%.
La situación financiera de las IES públicas colombianas es crítica. Los aportes de la nación decrecen: la Universidad Nacional, en el 2000, recibió $529.921 millones y por sus rentas propias $195.540 millones (73% y 27%, respectivamente), y en el 2010, los aportes estatales representaron 52% ($654.092), mientras las rentas propias el 48%.
No obstante, aumenta la cobertura en pregrado y
posgrado, se atienden estratos sociales bajos (2, 3 y 4), que representan el
80% de la matrícula en el 2012, con programas acreditados de calidad y el mayor
número de grupos de investigación, en un campus con edificios derruidos y sin
normas de sismorresistencia.
En el ranking latinoamericano, la Universidad Nacional está el puesto 15, La Universidad de los Andes, en el 19, mientras doce universidades brasileñas se encuentran entre las 20 primeras.
En el ranking latinoamericano, la Universidad Nacional está el puesto 15, La Universidad de los Andes, en el 19, mientras doce universidades brasileñas se encuentran entre las 20 primeras.
¿Qué lugar tiene en Colombia la locomotora de la
C&T y educación para competir en tiempos de globalización y TLC?
*Artículo publicado en la edición digital del
periódico Portafolio - octubre 18 de 2012.
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