Con su estilo campechano y contestatario, el vicepresidente Angelino ha puesto el dedo en la llaga. La manipulación de las estadísticas siempre ha sido el arma utilizada por la oligarquía colombiana para tratar de maquillar la cruda realidad social que vive el país. Al no poder reducir la pobreza de gran parte de la población se recurre a toda clase de artimañas, con el fin de lavarles el cerebro a los ingenuos.
No ser pobre es tener las necesidades básicas satisfechas, las cuales dependen no solo del ingreso, sino del acceso a servicios públicos de calidad, al servicio de salud, a una educación de calidad en todos los niveles, de la capacidad para acceder a las diferentes formas de entretenimiento, del acceso real a la toma de decisiones que afectan su vida presente y futura.
Por eso resulta indignante la pretensión del gobierno de hacernos creer que en Colombia está disminuyendo la pobreza; al contrario, desde el enfoque multidimensional la pobreza no solo se mantiene sino que tiende a aumentar en forma relativa y absoluta.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario