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30 noviembre 2010

CUIDADO CON LOS GRINGOS




 

Que los gringos se crean  con derecho a espiar a los demás no es algo nuevo, lo vienen haciendo desde siempre, especialmente  durante la llamada “guerra fría”. Lo que pasa es que antes era muy difícil probar la intromisión sistemática de los gobiernos estadounidenses en los asuntos internos de otros países y en la vida privada de quienes consideraran no amigos, o enemigos. Para demostrar la participación en el golpe de estado que condujo al derrocamiento del gobierno de la Unidad Popular en Chile y a la muerte de su presidente, Salvador Allende, tuvimos que esperar más de dos décadas, cuando se desclasificaron los archivos de la CIA, igual ocurrió con Guantánamo y las torturas.  Ahora parece que se ha vuelto más difícil controlar la información secreta, lo que le ha permitido a los creadores del portal Wikileaks desenmascarar la verdadera “diplomacia” de los gringos. Por eso hay que estar atentos con los caramelos que frecuentemente reparten los funcionarios de los gobiernos estadounidenses a sus neo colonias, no vaya a ser que contengan drogas aditivas, lavacerebros, para reforzar su base de lacayos locales, como algunos de nuestros gobernantes, políticos y académicos.

13 noviembre 2010

ARMERO: UN MONUMENTO A LA DESIDIA DEL ESTADO

Lo de Armero fue una tragedia anunciada, el mejor ejemplo de la irresponsabilidad de nuestros “ilustres” gobernantes, incapaces de afrontar grandes retos. Ahora que quieren convertir la zona del desastre en un parque turístico, para satisfacer la curiosidad morbosa de algunos, es bueno retomar la conmemoración como oportunidad para denunciar la irresponsabilidad del Estado en esta y muchas tragedias que ha padecido nuestro país. Con mucha antelación se advirtió el peligro que corrían los pueblos ribereños ante la inminente erupción del volcán Nevado del Ruiz y la avalancha que se venía; se recomendó la evacuación de Armero, sin que las autoridades tomaran cartas en el asunto. Pero eso sí, cada año los medios aprovechan la fecha para desplegar su amarillismo periodístico, logrando capturar la sensiblería popular (yo diría la morbosidad de la gente), para desviar la atención del verdadero drama que vivimos, al no contar con un Estado eficiente (y los gobiernos de turno), capaz de prevenir los desastres naturales (y ni qué decir de los sociales). Todavía los damnificados de Armero se quejan de haber perdido su terruño y de tener que andar por ahí como judíos errantes, sin haber recibido la ayuda suficiente. Y los funcionarios responsables de la desidia del Estado siguen tan campantes, sin ningún remordimiento por sus errores, esperando la próxima víctima.  

LA HISTORIA DE LAS COSAS

07 noviembre 2010

ESTADO PEDIGÜEÑO


Patético, por decir lo menos, resulta el show organizado por algunos medios de comunicación alrededor de la tragedia que viven miles de damnificados por los desastres naturales que se repiten cada año en el país. Se convoca a los colombianos a donar mercados, ropa, colchones, etc., para demostrar su solidaridad con los infortunados, como si con eso se solucionaran de raíz sus problemas. Todos los años por la misma época surgen, como por encanto, los madre Teresa, supuestamente conmovidos con el desastre que destruye miles de hectáreas de cultivos de las zonas ribereñas de los ríos, viviendas en los caseríos aledaños, o el derrumbe de laderas en las zonas tuguriales de las ciudades, empeorando la de por sí grave situación de pobreza en que, por lo general, sobreviven las víctimas. Se camufla de esta manera la ineficiencia y la falta de previsión por parte de los organismos estatales, en cuanto a tomar con tiempo las medidas necesarias para que este tipo de eventos no se repitan todos los años. ¿Por qué si hay tanto dinero para sostener una guerra interminable contra los factores que desestabilizan el país y para alimentar el apetito voraz de los funcionarios corruptos, no se destinan los recursos suficientes para evitar que estas catástrofes? ¿Por qué a sabiendas del peligro que corre la población se permite la tugurización de los cerros y las riberas de los ríos en las ciudades? ¿Por qué no se toman medidas de fondo, aunque un poco tarde, para evitar que se siga deforestando las vegas ribereñas o se reforesta allí donde sea necesario, para evitar que los ríos pierdan su caudal y tengan que desbordarse inevitablemente para poder fluir? Por eso, en vez de andar pidiendo limosna a los colombianos que pagamos impuestos por todo, lo que hay que hacer es presionar a los gobernantes para que gobiernen, no a favor de sus amigos, sino para la población más desprotegida.