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25 octubre 2005

Los villanos de la globalización


Muchos de lo países que hoy muestran ostentosos sus logros económicos y sociales nunca mencionan que el origen de su prosperidad en gran medida está impregnado de la sangre derramada por aborígenes y esclavos, empleados en el saqueo de las riquezas naturales de las colonias. Se calcula que si tuviesen que reintegrar todo lo que se robaron de las colonias americanas, los países europeos entrarían en franca bancarrota. Al hablar de la verdadera deuda externa, el cacique Guaicaipuro Cuatémoc, en conferencia frente a los jefes de Estado de la Comunidad Europea, afirmaba que solamente entre 1503 y 1660 llegaron a San Lucas de Barrameda 185 mil kilos de oro y 16 millones de kilos de plata provenientes de América, “en calidad de préstamo”, lo que después de varios siglos de moratoria, con sus respectivos intereses, equivaldría a 484.147 billones de kilos de oro y 42 trillones de kilos de plata, equivalentes a 212.345 millones de veces la producción mundial de oro por año, y 3.164 billones de veces la de plata. (1) Aquí solo se habla de una parte del problema, queda por calcular a cuánto asciende la indemnización por el exterminio de la población aborigen.

Posteriormente los métodos de expoliación fueron reemplazados por otros más sofisticados, pero su esencia sigue siendo la misma: la explotación de las economías menos desarrolladas, vía extracción del reducido excedente económico generado en ellas, lo cual no les ha permitido superar el atraso económico y social y, por lo tanto, mejorar su situación en la división internacional del trabajo. Ver artículo completo